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lunes, 18 de febrero de 2008

HABLANDO DE TERRORISMO!!!!!


POLITICA
Democracia, insurgencia y terrorismo
J.A. Morasan
texjams1709@yahoo.com


Las noticias, reportajes, opiniones y todo el material con que la “prensa seria” nos bombardea sobre el diario acontecer, presenta un panorama distorsionado a su manera, por el manejo amañado de hechos, ideas y/o conceptos a su medida y conveniencia. Un caso por demás ilustrativo lo constituye el uso y abuso que los gobernantes, sus voceros, lacayos y corifeos han hecho y siguen haciendo del concepto “democracia”. He aquí algunas reflexiones de reconocidos líderes políticos acerca de tan manoseado concepto: “Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan Parlamento.” Ushuaia, 1998, Nelson Mandela. “En general se la usa para justificar las estructuras existentes de clase y poder: Ustedes son el pueblo y su soberanía consiste en tener elecciones cada cuatro o seis años.
Y eso significa que nosotros, el gobierno, somos legítimos aún para los que no nos votaron. Hasta la próxima elección no es mucho lo que pueden hacer por sí mismos. Entretanto, nosotros os gobernamos porque representamos al pueblo y lo que hacemos es para bien de la nación... La esencia de la democracia es que el gobierno tiene que tomar en cuenta lo que el pueblo quiere y no quiere. No hay ningún mecanismo eficaz para hacerlo: el gobierno representativo no es muy eficaz. A veces funcionan mejor la prensa o los movimientos directos.” Erick Hobsbawn. “La democracia es la peor forma de gobierno, excepto todas las otras formas que se han probado de tiempo en tiempo.” (Casa de los Comunes, 1947. Winston Churchill). “...gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo...” (Gettysburg, 1863, Abraham Lincoln). En el contexto de la llamada “guerra fría”, los dos sistemas en pugna adoptaron el término ajustándolo a sus particulares intereses, definido en Occidente como Democracia Liberal (Capitalista), y su contrapartida en los países del Este como Democracia Popular (Socialista). ¿A qué se le sigue llamando democracia? La cuestión es que los “políticos” siempre se las arreglan para validar sus acciones por descabelladas e injustificables que sean. Hoy día por ejemplo, las masacres de afganos, iraquíes, libaneses, paquistaníes, palestinos, lo mismo que en otros puntos del planeta, se pretende encubrirlas bajo la premisa de la “democratización”. En nuestra América (desde México a Colombia, ah! y Perú, exceptuando a Costa Rica), a las dictaduras militares –hoy sustituidas por civiles neoliberales– se les sigue llamando “democracias”. Pareciera que algunos “políticos”, no han tenido noticias acerca de los enciclopedistas y sus monumentales obras, como: Jean Jacques Rousseau y su “Contrato Social”, considerado uno de los incitadores de la revolución francesa por sus ideas políticas. La teoría del contrato social fundamenta buena parte de la filosofía liberal, en especial del liberalismo clásico, por su visión filosófica del individuo como ente originalmente aislado o atomizado que decide vivir en sociedad, creando el Estado de Derecho para asegurar las libertades y la convivencia social armónica; o a Charles Louis de Secondant (Barón de Montesquieu), y su obra "Del Espíritu de las Leyes", que desarrolla su celebre teoría de los tres poderes, basado en el sistema de "checks and balances" (pesos y contrapesos) para asegurar el equilibrio en el gobierno, evitando la concentración en una sola instancia o persona y sus consecuentes excesos. ¿Tendrán noción acaso de la Revolución Francesa, la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano (26 de agosto de 1789), de las acciones que derivaron de ese histórico acontecimiento y de la suerte que corrieron los detentadores del poder, o a lo mejor de Nicolás Maquiavelo y “El Principe”? En El Salvador, los poderes fueron reducidos a “órganos” por cuanto no pesan ni contrapesan, pues son la misma cosa. Incluso las elecciones, única expresión visible de democracia en este país, carece de transparencia. ¿A qué se le llama insurgencia y terrorismo? De la misma manera se manipula el sentido o interpretación de conceptos tales como insurgencia y terrorismo. Como sinónimos de insurgente encontramos: desobediente, indisciplinado, indócil, insurrecto, reacio, rebelde, sublevado. Con la excepción de indisciplinado, los demás adjetivos son aplícales al concepto de insurgente. De ahí que insurgencia viene a ser lo que se opone al status quo (“stablishment”) y al gobierno mismo como su principal sustentante, cuando no responde a los intereses del soberano (que es el pueblo). En síntesis, insurgencia es el levantamiento, sublevación o rebelión de un pueblo o ejército, o parte de ellos, contra el régimen constituido. La insurgencia contra los regimenes opresores en el “tercer mundo”, adquirió forma de movimientos de liberación nacional o fuerzas revolucionarias, los que en determinado momento recibieron el reconocimiento de ser fuerzas beligerantes. “La beligerancia se da cuando en un Estado, una organización o grupo social rebelde domina de hecho una parte apreciable del territorio y logra afirmarse en su lucha contra el gobierno central. En esta situación es totalmente irrelevante que los rebeldes se propongan separar del Estado una parte de su territorio o, por el contrario, conquistar el Estado en su totalidad. El gobierno rebelde, vendría a ser un gobierno de carácter focal, que puede ser reconocido como beligerante por el gobierno central del propio Estado en que acontece la rebelión, o por terceros Estados. En ambos casos, la sedición o insurrección se considera entonces como una guerra en el ámbito del Derecho Internacional, siendo aplicables las reglas del derecho de la guerra y la neutralidad.” (Verdross, Alfred. Derecho Internacional Público. Aguilar. Madrid.1980, p. 190.). Terrorismo. A partir del 11 de Septiembre 2001, tras el derribo de las Torres Gemelas que albergaban al World Trade Center en Nueva York y el pentágono en Washington, (cuya autoría aún no se esclarece), los movimientos de resistencia contra gobiernos opresivos o “guerras preventivas” lanzadas por el imperio, han sido calificados por los mismos represores u ocupantes como “grupos terroristas”, a fin de impedir su reconocimiento como fuerzas beligerantes y su legitimación para ser sujetos del Derecho Internacional. Oponerse a la dominación es ser combatido como terrorista Curiosamente, el reconocimiento de la beligerancia apareció por primera vez durante la revolución (guerras de independencia) hispanoamericana: EEUU reconoció a los revolucionarios como beligerantes en 1817 y Gran Bretaña en 1819, pasando de la prescindencia a la neutralidad. España y la Santa Alianza calificaron el reconocimiento de beligerancia como prematuro, lo que no era cierto en consideración de las proporciones que ya había cobrado en aquel entonces la revolución. Pero el reconocimiento por Gran Bretaña de los sublevados griegos como beligerantes en 1923, se fundó más bien en consideraciones de humanidad. Durante la guerra de secesión, los Estados confederados obtuvieron el reconocimiento de la beligerancia por la mayor parte de las potencias extranjeras.” (“La beligerancia como camino hacia la subjetividad internacional de los pueblos” de Carlos Fernando Barberán.). Hoy día cualquier movimiento que se oponga al esquema de dominación es catalogado y combatido como terrorista, salvo que haya negocios de por medio. En el libro “Corrupción, las cloacas del poder”, del periodista español Miguel Pedroso, editado en el 2004, se lee: “Wall Street pidió a las FARC invertir en la bolsa. La organización Bastión Moral Contra la Corrupción denunció que según antecedentes bibliográficos está comprobado que el Gobierno de los Estados Unidos, a través de Wall Street, la principal bolsa norteamericana, ha reconocido la existencia y organización de las Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia (Farc).” (Diario Colatino, 21/01/08). Y aún hay quienes se rasgan las vestiduras por el llamado del presidente Hugo Chávez a reconocerle a las FARC, que en 60 años no ha podido ser eliminada, el estatus de beligerancia. Se corrobora lo que bien dice el maestro Eduardo Galeano, vivimos en un “Mundo al Revés”, a tal punto que mientras el capitalismo va a la deriva y la gente a la bancarrota por la voracidad del sistema financiero, se siguen dilapidando los recursos de los contribuyentes; se recalienta al planeta con el desarrollo industrial, las “guerras preventivas” y sus “efectos colaterales”; se acrecienta el genocidio sobre el pueblo palestino ante la indiferencia de la “comunidad internacional”, de sus “hermanos de raza” y la complicidad de los países “desarrollados” (¿y la ONU?); se multiplican los discursos de doble moral, las cumbres internacionales por la paz, la alianza de civilizaciones y otros foros, sin que se vislumbren cambios favorables. ¿Será que se pretende distraernos mientras el agua nos llega al cuello y las ratas intentan ponerse a salvo? Dudo mucho que lo logren. *J.A. Morasan, Lic. en Relaciones Internacionales, autor del libro “Ni neoliberalismo ni mas muerte, solo revolución”.

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